Los aficionados del León y del Tigres esperaron desde las cinco de la mañana en las puertas del estadio Nou Camp para poder adquirir sus boletos. Ya fuera de un equipo o de otro, están más que listos para verlos jugar y enviarles las mejores vibras.
Como es habitual, cuando juega “La Fiera”, los aficionados se forman desde muy temprano para esperar a que abran las taquillas alrededor de las 10:00 de la mañana y comprar su boleto. No les importa que empiece a helar o que haga un calor sofocante. Todo sea por amor y pasión a su equipo, todo con tal de exclamar una porra, de apoyarlos para que así puedan golear al contrario.
El primero de la fila fue Edgar González, estudiante en el Conalep 1. Además de ser estudiante es servidor público del Gobierno Estatal. Decidió llegar a formarse justamente a los cinco minutos antes de las cinco de la mañana, como ha hecho cada seis meses si embargo, él no le es devoto a La Fiera sino a los Tigres. Al respecto, apunta:
ACOSTUMBRADO
“Ya estoy acostumbrado, haga frío o haga calor. Pero no voy a fallar, porque mi hijo es Tigre y yo por eso lo apoyo. Yo era americanista desde 1971 y el día que la policía municipal golpeó a la porra de los Tigres apoyo a ese equipo por solidaridad a mis hijos. Mi expectativa es que será uno a cero. Aquí se vive la afición en todos lados, y los Tigres son un equipazo al que cada vez siguen más personas”.
Por otro lado, no pueden faltar los Panzas Verdes, quienes sin duda son la gran mayoría. Muchos de ellos llevan sudaderas, playeras o gorras con el emblema de su querido equipo al que le son fieles, entre quienes se encuentra Eduardo Olivera de 12 años, quien se dedica a estudiar:
“Vi que jugaba bien, y cómo jugaba, así que me fui haciendo fan desde más chico. Llegué por eso a las siete de la mañana. Espero que todo salga bien y que goleen a los contrincantes”.
José Guadalupe López, comerciante de 56 ñaños, ha sido devoto a los Panza Verde desde los 7 años. Aunque está seguro que su equipo va a ganar, también está al tanto que el juego estará muy reñido, pero como siempre espera lo mejor de su querido equipo esmeralda, al que se hizo fanático cuando iba al estadio y comenzó a verlos jugar.